De movida en el jardín |
Aunque esta habilidad de reconocer a los parientes se creía exclusiva de los animales, Susan Dudley y Amanda File han comprobado que en el reino vegetal sus miembros estrechan lazos familiares: cuando hay varias plantas distintas conviviendo en un mismo macetero, las que son parientes se reconocen y cooperan entre sí.
Entonces, se vuelven competitivas produciendo una mayor cantidad de raíces que les permita obtener más agua y nutrientes que a sus vecinas y así perpetuarse mejor.
Según un estudio de la revista Biology Letters, en una misma jardinera las plantas saben recoconcer a sus parientas, cooperan con ellas por sobrevivir y acaban rechazando a las extrañas.